Los cinco pasos para emprender en el pueblo.

Hola familia! Mi nombre es Pablo Franco y esto es «Emprender en el pueblo», el blog en el que cada semana te cuento, desde mi experiencia, cuáles son los pasos que debes dar para cambiar de vida y dejar la ciudad para vivir en el medio rural, mucho más cerca de la naturaleza y lejos de prisas y aglomeraciones y estrés. Y aunque no es oro todo lo que reluce y todos los lugares tienen ventajas e inconvenientes, mi objetivo es echarte una mano para que consigas tu meta. Y créeme, la vas a conseguir.

No soy ningún experto en nada y por eso te contaré cómo lo hice- y todavía lo estoy haciendo yo- pero también qué camino siguieron otras personas que dieron el paso hace tiempo. Este post está escrito a modo de presentación y por eso, como resumen, te voy a facilitar los 5 pasos imprescindibles que deberás dar si lo que quieres es vivir y ganarte la vida en el medio rural. Así que aquí van los 5 pasos para vivir y trabajar en el pueblo en este primer capítulo de «Emprender en el pueblo». La estructura no es casual así que es importante que los interiorices, lo bueno es que están por escrito en emprenderenelpueblo.com y te los puedes escuchar en formato podcast si no tienes tiempo o no te apetece leerlos.

1.- Lo primero que os quiero contar es que he conocido a mucha gente dispuestísima a irse a vivir y a emprender en el pueblo… Y algunos de ellos no han durado ni seis meses, ¿por qué? Es muy importante plantearse por qué quieres cambiar de vida y dejar la ciudad, qué esperas conseguir con eso. Hay que tener claro que vas a dejar atrás muchas comodidades, que según el tamaño del pueblo tendrás que coger el coche, la moto o la bicicleta hasta para comprar el pan. ¿Estás dispuesto o dispuesta a eso? He conocido a muchas personas que lo que verdaderamente querían era huir de su vida, pero no se habían planteado bien las muchas pequeñas cosas que implicaba ese cambio… Y luego pasa lo que pasa. Así que PUNTO NÚMERO UNO, FUNDAMENTAL sobre todos los demás: reflexiona, ¿por qué quieres cambiar de vida e irte a un pueblo?

Os cuento mi experiencia/ nuestra experiencia, la de mi familia, somos dos adultos y una niña pequeña. Siempre habíamos querido vivir cerca de la montaña y, por trabajo, cada vez estábamos más metidos en una vida urbana que no nos gustaba, pero sabíamos que para tener éxito no podíamos dejarlo todo sin más, así que planificamos una transición que os iré contando más adelante. Así, en otoño de 2018 por fin pudimos comprar una casa en el sitio que nos gustaba, con las características que necesitábamos y que además nos podíamos permitir sin vivir ahogados. Así que vendimos nuestro piso en la ciudad, compramos la casa y nos mudamos, aunque seguimos trabajando en la ciudad, en este caso Huesca, que nos queda a unos 20 minutos en coche. Pero no quiero adelantar puntos, así que vamos al número dos y nos metemos ya en arena.


2.- Superado el punto número uno, que todos creo que lo tenemos claro viene el segundo y esto me gusta porque implica dar nuevos pasos hacia nuestro objetivo.
Lo fundamental de este segundo paso es que hagas balance de tus medios. Qué tienes y qué necesitas. Si por ejemplo tienes un piso en propiedad estás de enhorabuena, todo se pone mucho más fácil, siempre puedes venderlo o, si lo que quieres es mirar si hay agua en la piscina antes de tirarte, ponerlo en alquiler para ver si tu vida en el pueblo es como tú esperabas. Realmente, salvo que hayas puesto el ojo en zonas muy turísticas o con escasez de vivienda o que quieras un chalet con dos hectáreas de jardines y una piscina olímpica, casi cualquier piso de una ciudad superará en valor a muchas de las viviendas que te puedan servir para iniciar tu nueva vida. Tú que tienes un piso, juegas con ventaja amigo mío. Si pones tu piso en alquiler, seguramente obtendrás por él más rendimiento que el coste que implicará tu vivienda en el medio rural.

Es cierto que la escasez de vivienda es un mal endémico del medio rural en España. Nosotros encontramos nuestra casa en un golpe de suerte pero realmente aquí pocos son los que venden y menos aún los que ponen sus propiedades en alquiler. Alguna socióloga tal vez nos lo pudiera explicar pero es como si entre los antiguos habitantes vieran como un fracaso o algo malo vender el antiguo patrimonio de su familia, aunque se caiga a cachos.

De todas formas no te preocupes demasiado por la vivienda, voy a tratar de que no sea un problema para ti, así que sigue con atención los próximos capítulos, ¡quién sabe si encontrarás el lugar en el que comenzar tu nueva vida gracias a este podcast! ¿Te imaginas? Sería la hostia.


3. Y así llegamos al… ¡TERCER PUNTO!

¿De qué vas a vivir? Porque la vida es más barata que en la ciudad pero esto no es gratis! Es verdad que no hay que coger 3 enlaces de metro o el cercanías, que el alquiler o la hipoteca que pagues aquí serán casi anecdóticos en comparación con los de casi cualquier ciudad, que las calles no están llenas de estímulos para comprar a todas horas pero… Hay que comer igual todos los días, salvo que practiques el ayuno intermitente. Y esta es una de las cosas que más tiempo te van a llevar, no la del ayuno, si no la de pensar qué haces. Está claro que si tu empresa te permite teletrabajar estás de enhorabuena y si además de poder teletrabajar eres de los del punto anterior que tienen un piso en propiedad ya no sé qué haces que no has dado el paso. A ver si soy capaz de animarte en unos cuantos capítulos y me cuentas la experiencia.

En esto tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieres primero? Vamos por la buena porque sí, EN EL MEDIO RURAL HAY TRABAJO. ¡Mucho trabajo! Incluso de sol a sol., vamos, que no te lo acabas. La parte no tan buena es que será difícil que puedas vivir de una sola cosa y seguramente, hasta que tengas tu negocio funcionando a pleno rendimiento te tocará tener varios trabajos, bien estacionales o bien complementarios porque con uno no sea suficiente. Y dirás… Vaya gracia, si dejo uno en la ciudad porque me estreso y vivir en el pueblo me obliga a tener tres, dónde está la ganancia. Pero no te preocupes, la hay, el ritmo de vida no tiene nada que ver, aquí es todo más humano. Una de las primeras cosas que me dijo un vecino fue: aquí hay trabajo de sobra pero no pretendas vivir haciendo una sola cosa.

Siempre dependerá del tamaño del pueblo, está claro, cuanto más grande más posibilidades habrá de que alguien necesite tus habilidades, pero en aldeas y pueblos pequeños siempre habrá una granja en la que echar una mano, algún árbol que podar, tractor que reparar, persona a la que cuidar… Pero esto será asunto de otros capítulos. Solo quédate con una cosa: si quieres trabajar, trabajarás, además, más adelante, repasaremos algunas iniciativas muy interesantes que han ayudado a personas como tú a establecerse en un pueblo.


4 – Lo que pasa es que este proyecto se llama «Emprender en el pueblo», por lo que no nos vamos a conformar con ir haciendo trabajos sueltos y temporales. Hay otra frase muy extendida y que también es muy cierta. En el medio rural te irá mucho mejor si el trabajo te lo generas tú. Precisamente lo que hace falta en los pueblos son personas emprendedoras, dispuestas a vencer resistencias, a que, siempre desde el respeto, sean capaces de cambiar la inercia de lugares, que en la mayor parte de los casos, llevan más de 60 años de declive, perdiendo población y viendo marchar a sus jóvenes, primero solo a estudiar a la ciudad pero poco después también a vivir.
Antes de empezar cualquier negocio hay dos preguntas fundamentales: ¿qué sé hacer? ¿cómo puedo contribuir a mejorar mi entorno? Para eso te recomiendo que te tomes tu tiempo. Sería suicida que el día que compras la casa tuvieras claro qué es lo que el pueblo necesita y lo llevaras a cabo sin pensar en nada más. Probablemente te estarías equivocando mucho. Mi recomendación es que te tomes tu tiempo para observar, pensar, conocer a tus nuevos vecinos, dejar que te conozcan, convivir y empaparte del lugar sin perder de vista tus objetivos.
Hay excepciones, claro está. Si eres pastora de ovejas con experiencia, un maestro quesero, un enólogo o cualquier oficio muy vinculado al sector agrícola o ganadero, está claro cuál será tu camino, pero recuerda que aquí la mayoría somos urbanitas acostumbrados a la oficina y aquí, entre los almendros, hay pocas oficinas y pocos que las echen en falta.
Salvo estas excepciones, la recomendación siempre será observar mucho y tratar de vislumbrar qué cosas son las que necesitan tus vecinos y si tú podrías ofrecerlas a cambio de un dinero que te permitiera llevar adelante un proyecto sostenible. Se me ocurren muchos ejemplos pero siempre dependerá del número de habitantes y de sus características. Por ejemplo si son personas muy mayores, si hay familias con niños o no, si hay escuela o no, consultorio médico…

Vamos con unos cuantos ejemplos concretos: si has elegido una aldea de menos de 20 habitantes pocos negocios sostenibles podrás llevar a cabo solo con tus vecinos, pero tal vez contando los pueblos de alrededor alcances un mínimo de población a la que ofrecer trabajos de mantenimiento o reparación en las viviendas, que en muchos casos suelen estar en muy mal estado. Eso si lo tuyo es la construcción o las reformas, claro. Si lo tuyo es la peluquería, la podología o los servicios a domicilio, la edad promedio de tus vecinos encaja perfectamente en tu nicho de mercado.
En muchas ocasiones estos ayuntamientos con población muy envejecida tienen disponible la licencia de taxi con el pago de una tasa muy razonable y puede ser un buen negocio, sobre todo si no pasa el médico o hay niños en edad escolar que deban desplazarse. Tampoco me olvido, pero habrás visto noticias así mil veces, de los pequeños multiservicios rurales con bar que además ofrecen vivienda a quien se encargue de gestionarlos. En resumen, que a falta de entrar de lleno en todo esto a lo largo de próximos capítulos, creo que hay multitud de opciones si tienes la mentalidad abierta.

En el caso de mi familia, mi pareja sigue trabajando en la ciudad, aunque ha modificado sus horarios para tener una vida mucho más cómoda. Yo vendí mi negocio en el sector del deporte el pasado 1 de enero y desde entonces estoy trabajando desde casa en tareas relacionadas con la comunicación, el periodismo y el marketing, que siempre fueron mi oficio hasta que inicié mi aventura emprendedora. Ahora ya no corremos para llevar o ir a buscar a la niña al colegio, a las extraescolares ni tenemos que andar pidiendo favores por no poder estar con ella. Ha sido un proceso laborioso pero vamos cumpliendo los objetivos que nos marcamos, igual que podréis hacer vosotros.


5. Vamos al quinto punto, que será el último por hoy. Son tres palabras en realidad pero me enrollaré un poco más. Las tres palabras son: TRAZA UN PLAN. ¿Qué cómo se traza un plan? Te que yo lo empecé haciéndome preguntas y fueron estas:

– ¿Por qué me quiero ir a vivir a un pueblo?

– ¿Solo soy yo o mi familia está de acuerdo?

– ¿ Dónde vamos a vivir?

– ¿De qué vamos a comer?


Y FUNDAMENTAL: ¿Cuándo lo vamos a hacer? Ya sabes que un plan sin fecha no es más que una lista de deseos. Dando por hecho de que estás convencido de la primera pregunta y que si tienes familia te acompaña te recomiendo que empieces a buscar algo en el área de influencia de la ciudad en la que resides o en el área de influencia del lugar en el que residan tus parientes cercanos porque te hará la transición mucho más fácil.

Lo siguiente es que te dediques, sin prisa y esto es importante, a buscar anuncios de viviendas en venta o alquiler en la zona elegida, pero no solo eso, déjate ver por ahí, visita los pueblos, camina, ve a pasar un domingo de excursión por ahí con el bocadillo, deja que tu intuición actúe, sopesa si te gustan los lugares que visitas, si te verías viviendo ahí junto a tu familia. En ocasiones hay zonas con una explosión en la oferta inmobiliaria, de repente se venden un montón de casa de todo tipo y a precios asequibles y no suele ser buena señal. Cuando vayas estrechando el círculo sobre la zona en la que te quieres asentar investiga en Internet, buscadores o redes sociales, a ver qué se dice del pueblo. Imagina que es precioso, hay viviendas disponibles, posibilidad de trabajar y de repente te enteras de que van a construir una central nuclear o una macrogranja y justo eso es lo que no quieres. Son ejemplos, por supuesto, que nadie me malinterprete. Y solo un consejo final antes de despedir este primer capítulo: tómate tu tiempo. Planeas un cambio de vida muy importante y merece que lo lleves a cabo sin prisa pero también sin pausa.

Si te gusta lo que te cuento en «Emprender en el pueblo» suscríbete al podcast y al blog, me hace muchísima ilusión y si al escucharlo has pensado en alguien que conoces y le puede servir de ayuda, envíale el enlace, así cada día seremos más. El próximo lunes, a las ocho de la tarde, vuelvo contro capítulo de Emprender en el pueblo, en este caso, con una entrevista muy interesante a alguien que ya sabe lo que es emprender en el pueblo.





 

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Soy Pablo Franco

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